Calor invernal inimaginable, gélido frío ártico: el invierno de 2012 es perfecto para llevar siempre encima un pequeño termómetro. También es genial si el termómetro también puede medir la inclinación de la pendiente. Y eso es exactamente lo que puede hacer el pequeño cacharro amarillo de Pieps, que responde al "nombre de 30° plus".
Hay que reconocer que en realidad no necesitas el Pieps 30° degrees plus. Usted puede leer o sentir toda la información básica que necesita acerca de cómo la temperatura afecta a la capa de nieve sin una ayuda digital. Las inclinaciones de las pendientes se pueden estimar o medir con el truco del péndulo de pértiga. Entonces, ¿por qué el 30° plus de Pieps?
Porque es un juguetito genial. ¿Me estoy congelando porque el viento silba y hace mucho frío, o porque estoy de mal humor? Un vistazo al termómetro y ya sé el resultado.
Al principio compré el aparatito para dar a los principiantes la oportunidad de determinar ellos mismos la inclinación exacta de la pendiente durante los cursos de entrenamiento. Pero luego me acostumbré rápidamente al aparato y ya no quiero estar sin él.
Llevo usando el aparatito desde 2010 y, según el fabricante, la pila no sustituible (¡un claro punto negativo para esto!) debería durar 5 años. En 2012, en el tercer invierno, fue el fin para mi pequeño compañero. Menos 1,5 grados y lluvia constante, la humedad penetró en el dispositivo resistente al agua - y... ¡la muerte!
El fabricante no se lo podía creer y me envió uno nuevo sin dudarlo.
Y ahora el cacharrito amarillo, que realmente no necesitas pero que tanto me gusta, vuelve a estar en mi bastón de esquí. Y siempre es mejor tener un termómetro en el bastón de esquí que una voluminosa cámara en la cabeza... El aparatito cuesta 55 euros. Serían 10 euros por temporada, lo que está perfectamente bien.