De excursión
La teoría está hecha, ahora pasemos a los aspectos prácticos: ¿qué pueden llevar los niños, qué necesitan los niños y qué deben saber hacer los niños?
Una cosa es indiscutible: nunca hay que salir de pista sin un transceptor de aludes. Como a los niños les gusta ser espontáneos, es aconsejable acudir pronto a la zona de esquí con un transceptor de aludes para poder realizar pequeños desvíos fuera de pista de forma espontánea. No es aconsejable el uso de dispositivos antiguos de 1 antena, que se regalan a los niños porque "no saben buscar de cualquier manera". Los dispositivos más antiguos pueden tener un desplazamiento en la frecuencia de transmisión, lo que en el mejor de los casos puede provocar una reducción del alcance y, en el peor, la ausencia total de recepción. Varios fabricantes ofrecen ahora versiones reducidas de los últimos transceptores de aludes, a veces con una gama de funciones ligeramente reducida.
Las sondas y las palas también forman parte del equipo estándar de los niños y, como se describe en el capítulo anterior, es necesario practicar su manejo desde el principio. También en este caso hay que procurar que sean lo más ligeras posible. Sin embargo, aunque la vieja pala de plástico cumpla este criterio, las palas de plástico ni siquiera se recomiendan para niños, y mucho menos para adolescentes, en condiciones duras.
Por suerte, las mochilas para avalanchas son ahora equipo estándar para una gran parte de los excursionistas. Por desgracia, actualmente prácticamente no existen mochilas para avalanchas para espaldas cortas de niños. Consejo del autor: la ABS Powder Base Unit, que ya no se fabrica, es muy compacta y a veces se puede comprar barata en rebajas.
Para los niños muy pequeños, el peso extra de una mochila podría estropearles la excursión. Prescindir por completo de ella o utilizar una mochila de aludes vacía en lugar de una pala y una sonda es una decisión que hay que sopesar detenidamente. Es muy difícil hacer aquí una recomendación general. Un teléfono móvil y un pequeño botiquín no son muy pesados y deberían llevarse siempre en una excursión, dependiendo del grupo y de la edad de los niños. Si el saco de vivac y otros artículos utilizados en el grupo también deben ser llevados por los niños depende de su capacidad. Sin embargo, no hay nada que objetar a que los miembros más jóvenes del grupo se quiten parte del peso de encima. Si calculamos el peso de la mochila como porcentaje del peso corporal, rápidamente queda claro que las mochilas ligeras son imprescindibles para los niños. ¿Qué adulto querría hacer una excursión de esquí con una mochila de 25 kg?
Ya sea en las pistas o en la nieve profunda, un casco es siempre imprescindible!
Con el equipo adecuado, ahora podemos acercarnos lentamente al terreno. Las primeras incursiones en la nieve profunda junto a la pista ayudan a mejorar la técnica de esquí. En el ascenso, tiene sentido elegir primero recorridos llanos sin curvas cerradas.
La edad a la que los niños pueden dar sus primeros pasos fuera de pista varía naturalmente de una persona a otra. Si la técnica de esquí en pista es la adecuada, pueden dar sus primeros rodeos fuera de pista a partir de los 5 años aproximadamente. A los 6 años, ya es posible realizar ascensiones más cortas, pero la limitada gama actual de botas de esquí de travesía es más bien un factor limitante. También existen combinaciones de esquís y fijaciones adecuadas para ascensos para niños más pequeños (visión general de fijaciones de esquí de travesía para niños). A partir de los 9 años o de un número de calzado 36, las primeras botas de esquí de travesía para mujeres son adecuadas y también se pueden programar excursiones más largas y exigentes.
Conclusión
Incluso los niños relativamente pequeños pueden percibir cuándo algo es peligroso, pero a menudo no saben expresar este sentimiento por sí mismos. Aprender a observar e interpretar las reacciones de los niños es también un reto apasionante para nosotros, los adultos. Aceptémoslo!
Sí, las avalanchas son peligrosas. Nadie debería exponer a los niños y jóvenes a peligros innecesarios. Por otro lado, para nosotros los padres, también se trata de introducir a los niños en la diversión de estar al aire libre y en la naturaleza. El ejercicio en la naturaleza es sin duda una de las actividades de ocio más saludables y el esquí de travesía también es muy divertido. Si concienciamos a los niños de los peligros a una edad temprana, les resultará más fácil reconocerlos más adelante y afrontarlos con responsabilidad.