Georg Hattwich

Después de un invierno en Salzburger Land que nos proporcionó algunos momentos estelares de esquí, era hora de coronar la temporada con unos cuantos momentos estelares en un viaje a los Alpes occidentales. Las grandes montañas nos llamaban, hicimos caso a la llamada y peregrinamos decididos a Chamonix – la Meca de los esquiadores ambiciosos fuera de pista en la tarde del Jueves Santo.

Numerosas pistas empinadas con nieve suficiente y condiciones seguras atrajeron a principios de enero a freeriders ambiciosos con sus correspondientes preferencias. Dos semanas sin nuevas nevadas de las que hablar en toda la región alpina. Además de la semana de Nochevieja con sus aglomeraciones de gente. No son precisamente los ingredientes de los que están hechos los sueños del freeride. Pero la tristeza de uno es la alegría de otro. No hay nada más apropiado que tomarse un día libre de la enseñanza del esquí en el Skiwelt Amade y enfrentarse a dos clásicos de los Alpes Orientales en el Dachstein: la acogedora variante de Edelgrießkar y el empinado descenso de Schwadrinn.