¿Se puede salvar el mundo esquiando? No, claro que no. Es posible ofrecer a los jóvenes que viven en un centro de refugiados en el Tirol un bienvenido cambio de la vida cotidiana en el centro con un curso de esquí y quizás incluso acercarles un poco más a la cultura local? Pues sí.
El proyecto de esquí UMF es la respuesta personal de las profesoras de esquí Astrid Geiger, Linda Rausch y Mel Presslaber a la tan debatida "crisis de los refugiados". Querían hacer algo concreto, no sólo "quedarse mirando la tele y ver los acontecimientos", conocer la realidad de la vida de los recién llegados y ayudarles a establecer contactos sociales. El invierno pasado, fueron regularmente a esquiar con un grupo de menores refugiados no acompañados y las cosas ya van bastante bien. A los chicos les interesa sobre todo esquiar lo más rápido posible, mientras que a los monitores de esquí les gustaría que frenaran de forma más controlada. Es un curso de esquí normal.
En el marco del proyecto, los jóvenes del hogar también pasaron un tiempo con una clase de la escuela local de la misma edad. El escepticismo inicial se olvidó rápidamente y juntos cantaron canciones de campamento y conquistaron las pistas.