Para ser sincero, no estoy ni mucho menos familiarizado con todos los nombres de los entrevistados, pero tampoco soy alguien que conozca a estos contemporáneos de la A a la Z. Prefiero ir yo mismo al monte que tratar con los que realizan hazañas o creen haberlas realizado. Pero para una fracción del día, es muy interesante incluso para mí leer qué mueve e inspira a los protagonistas y cuál es su opinión sobre las montañas. El fotógrafo Christoph Jorda ha puesto mucho empeño y reflexión en los retratos individuales. Las imágenes de los montañeses son realmente muy profundas, cuidadosamente consideradas y planificadas. En parte son obras de arte, en parte no veo la historia en la imagen. Pero eso no importa, porque el arte es individual y eso es bueno. En cualquier caso, las fotos son muy especiales, enriquecedoras, inspiradoras y llamativas.
Michael Ruhland (redactor jefe de Montañismo) se reunió con 30 montañeros y habló con ellos sobre su historia, pasado/futuro, sus ideas sobre la montaña, miedos/preocupaciones, familia, hacerse mayor y/o mucho más. Lo que me parece especialmente emocionante e interesante es que las preguntas no son sólo cero ocho quince, sino muy individuales, desafiantes, profundas, inquisitivas y divertidas. Si pensara en encontrarme con Beat Kammerlander en el Silbergeier (sueño por mi parte y sencillamente no es realista) también querría hacerle estas preguntas. O digámoslo así, al menos algunas de ellas, y luego otras alrededor de la hoguera con una lata de cerveza. En la película aparecen personajes de la talla de Reinhold Messner, así como el actor Rufus Beck y las músicas ladinas Elisabeth y Marlene Schuen. Una gran mezcla de montañeros con las más diversas ideas y enfoques sobre la autorrealización en la montaña.