Este recorrido se recomienda especialmente en primavera, en primer lugar porque se trata de una pared (de hielo) extremadamente empinada y, en segundo lugar, porque el larguísimo descenso se puede acortar en consecuencia si las condiciones de la nieve son buenas.
Subida
Suele empezarse desde la tercera (con un poco de suerte desde la quinta) curva en horquilla de la carretera del puerto de Pfitscher Joch. En dirección este, se suelen llevar los esquís al hombro y, dependiendo de las condiciones de la nieve, se sube desde Issen-Boden o Griesebenkar. La ruta se hace cada vez más empinada al pasar el vivac de Günther Messner (2430 m) y el pie de la imponente cara norte del Hochferner. Tras un corto tramo llano, se asciende con relativa pendiente hacia la izquierda hasta la Grießscharte (2811 m). Desde allí, se desciende brevemente o se desciende hasta el suelo del glaciar. Con una ligera ganancia de altitud, se asciende a una pequeña muesca y se alcanzan los escarpados Schlegeiskees. Desde aquí, se tiene una vista sin obstáculos de la cara norte, que se aborda de nuevo con un ligero aumento de altitud.
La entrada a la pared es a veces difícil debido a la grieta cada vez mayor. Al principio, la inclinación suele ser de sólo 45 grados, pero luego aumenta con relativa rapidez hasta los 55 grados y puede convertirse en un verdadero desafío físico. Después de salir con éxito de la pared, se puede llegar a la cumbre a través de una cresta empinada, inicialmente ancha y más tarde expuesta.