En la estación de esquí, como en la propia ciudad, intentan diferenciarse de su gran vecino de enfrente (Bariloche, Cerro Catedral) cortejando a un público algo más chic y mayor. Los grupos de escolares resacosos que caracterizan el paisaje urbano de Bariloche no son bienvenidos aquí. En cambio, la estación de esquí ha sido declarada "boutique del esquí". La carretera a la estación de esquí se desvía a la derecha viniendo de Bariloche poco antes de entrar en Villa La Angostura. Desde aquí hay unos 10 minutos hasta el aparcamiento. La entrada de un día en temporada alta cuesta 950 pesos (unos 57 euros).
Después de sortear el camino de acceso, embarrado y sin asfaltar, a la salida de la pista le esperan coches nuevos en exposición. Los caros coches con fines decorativos y publicitarios (y los precios de los forfaits de los remontes) recuerdan a Ischgl o St. Anton; el descenso del valle, sin nieve y de color blanco parduzco, bastante menos. Una vez que se alcanza la cima, los verdaderos puntos fuertes de la zona se ponen rápidamente de manifiesto: El terreno fuera de pista y las vistas. El Cerro Bayo está prácticamente encima del lago Nahuel Huapi. Detrás, se ven las montañas del interior de Bariloche, incluido el imponente Tronador. En la otra dirección, detrás del fértil "slackcountry" del Cerro Bayo, el volcán Lanín brilla en la bruma.