También en esta ocasión, PowderGuide estuvo en directo en los prolegómenos del Freeride World Tour e informará con todo detalle. Sin embargo, debido a la crítica situación de las avalanchas, el concurso tuvo que ser pospuesto en la fecha originalmente prevista, por lo que desafortunadamente no pudimos estar en Georgia para el concurso final.
Antes del concurso
El viernes 21 de febrero, llegamos a Mestia y nos dirigimos directamente a la reunión de riders, ya que había algunas noticias emocionantes que comunicar: Se determinó que una nueva cara, Kaseb, era la opción más segura para el concurso en la zona de Tetnuldi y se confirmó para el próximo sábado por la tarde. Esto no provocó precisamente caras radiantes entre algunos de los participantes, sino más bien líneas de preocupación. Había varias razones para ello. En primer lugar, muchos corredores habían llegado hacía sólo unas horas y estaban agotados por el largo viaje. Justin Dufour-Lapointe, por ejemplo, iba en el mismo avión que yo y aterrizó en Tiflis hacia las 5 de la mañana. Le siguió un viaje en coche de 8 a 10 horas por carreteras cubiertas de nieve. Además, la calidad y cantidad de fotos y vídeos de la nueva Cara no eran tan buenas como las de la Cara que se montó el año pasado. Además, nadie había podido ver la pista en directo, ya que las nubes bloqueaban la vista.
Por ello, el equipo de seguridad responsable, formado por personal interno y externo, explicó detalladamente la situación y respondió a todas las preguntas críticas sobre el proceso y la toma de decisiones. Esto se basó principalmente en la seguridad de los pilotos, ya que no era posible asegurar adecuadamente la zona en medio día. También influyó la cuestión de la retransmisión, ya que los preparativos necesarios para una retransmisión segura no podían garantizarse hasta el inicio previsto a las 14.00 horas. Así que los organizadores estaban muy preocupados.
A lo largo de la noche, pudimos sentir literalmente la tensión del ambiente. Definitivamente había una sensación de drama, pero era comprensible, porque la carrera se dirige inexorablemente hacia el corte en Fieberbrunn y todo el mundo quiere estar en la final de Verbier.