Ya sea en pista, nieve polvo, excursiones o parque: para muchos, los esquís todoterreno no son suficientes para satisfacer todos sus deseos. Esto conduce, tarde o temprano, a un amplio arsenal de esquís y tablas de snowboard. Cuando varios entusiastas de los deportes de invierno viven bajo el mismo techo, la entrada o el sótano se convierten rápidamente en un caos. En la mañana, los bastones, los esquís y las botas se encuentran desordenados y la búsqueda del par adecuado se vuelve una prueba para los nervios.
Para poner fin a este desorden, existe una solución sencilla: un soporte para esquís sólido. Nada mantiene mejor los esquís en orden y, al mismo tiempo, los protege de arañazos y daños innecesarios.
Todos conocemos esta situación: los esquís están cuidadosamente colocados uno al lado del otro contra la pared hasta que uno se cae. Entonces, como en una cadena de dominó, todos terminan en el suelo. Esto puede provocar rápidamente arañazos en los esquís vecinos o doblar los frenos.
Para evitarlo, vale la pena construir tu propio soporte para esquís, personalizado, robusto y perfectamente adaptado a tu espacio.