Serrar, lijar, sellar
Después de haber estimado y marcado el lugar correcto, utilizamos la amoladora angular - los bordes y los paneles laterales se cortaron rápidamente. Para el corte final utilizamos una sierra de calar. Precaucion: Algunos esquís contienen una placa de titanio - compruébelo de antemano y utilice las hojas de sierra correctas!
Luego llegó el momento de sellar los extremos abiertos. Queríamos evitar que la madera absorbiera agua, se hinchara e impidiera que los tornillos se sujetaran correctamente.
¿Nuestra solución? En primer lugar, carbonizar la madera con un mechero Bunsen. En retrospectiva, descubrí que la madera ligeramente carbonizada tiende a extraer más agua - porque la estructura celular se rompe. Sin embargo, si está completamente carbonizada, puede incluso llegar a repeler el agua (palabra clave: carbón vegetal). No importa - porque descubrimos una lata de aerosol después de usar el mechero Bunsen y simplemente sellamos el extremo con barniz.
La opción probablemente más duradera habría sido recubrir la superficie con resina epoxi y dejarla endurecer. Pero: Nuestra versión ha aguantado maravillosamente hasta ahora - sin extremos hinchados, sin tornillos aflojados.
Instalación de la encuadernación - la manera fácil
Lo único que faltaba ahora era la encuadernación. Puedes encontrar un artículo detallado sobre el montaje en nuestra Sección de equipamiento.
Utilizamos una vieja fijación "BigFoot" - de una sola pieza, sin tener que jugar con dos partes de fijación. Las alineamos a ojo, luego marcamos los puntos de taladrado, los pre-anotamos con un punzón y finalmente los taladramos. Quitamos las virutas de madera de los agujeros y los rellenamos con pegamento antes de montar la fijación.
Curioso: Los tornillos atravesaron el revestimiento en un Figl, pero no en el otro. Sin embargo, el problema se eliminó rápidamente con el Flex.
Los toques finales: el estilo es imprescindible
Por último, volvimos a utilizar el bote de spray. Un poco de color y nuestra elegante pieza única estaba terminada. Los Figl ya han sobrevivido a varias sesiones, incluyendo volteretas frontales y choques, y siguen funcionando perfectamente.