El material fue inventado por la NASA a principios de los años sesenta para las misiones espaciales. Hoy en día, las mantas de rescate forman parte integral de todos los botiquines de primeros auxilios y, con sólo 60 gramos, son un verdadero todoterreno.
La manta de rescate es esencialmente una película de poliéster muy fina, resistente al desgarro, transparente e impermeable, recubierta con un agente reflectante metálico (aluminio). Esto permite que se refleje hasta el 97% del calor irradiado, lo que es esencial para la retención selectiva del calor. Dado que un rescate profesional en la montaña lleva mucho más tiempo que un servicio de rescate en carretera en la ciudad, el uso correcto de la manta de rescate debería ser una competencia básica de todo deportista.
Los distintos servicios de rescate en montaña de los Alpes han reconocido hace tiempo la amplia gama de aplicaciones de la manta de rescate. Nos gustaría presentar aquí una breve pero no exhaustiva visión general:
Una eficaz retención del calor juega un papel particularmente importante cuando se trata de los riesgos de los deportes al aire libre. En muchos casos, la retención de calor es de gran importancia - no sólo por el "aspecto de comodidad", porque una persona congelada necesita más oxígeno y la coagulación de la sangre, por ejemplo, funciona peor en el frío. La manta de rescate protege contra la pérdida de calor, por un lado porque se reduce la transferencia de calor (convección térmica) y el enfriamiento por evaporación (evaporación) y, por otro, porque se refleja la radiación térmica emitida por el cuerpo.