La primavera y la llegada del verano desatan la euforia en muchos aficionados a la escalada, mientras que a los fans de la nieve polvo se les ponen caras largas. No obstante, no todos los freeriders pierden la motivación, ya que la mejor nieve después de la polvo es la firn, y al menos en altitudes más elevadas aún queda algo de ella. Sin embargo, al igual que con las nevadas frescas, hay que tener en cuenta algunos aspectos relacionados con las avalanchas incluso cuando no hay precipitaciones. Con temperaturas más bien cálidas, en general se puede suponer que la estabilidad de la capa de nieve se relajará unos días después de un episodio de precipitaciones. Esto se debe a una metamorfosis degradante de los cristales de nieve (es decir, los cristales se redondean), que compacta el manto de nieve y mejora la unión de las capas de nieve individuales. Sin embargo, las temperaturas cálidas también pueden provocar que las antiguas capas débiles (por ejemplo, las capas angulosas) vuelvan a ser problemáticas.
A continuación, veremos cinco factores a tener en cuenta al esquiar en primavera.
Información básica:
Cuando hablamos de firn en relación con el esquí, no nos referimos al significado real del término. En sentido estricto, se trata de nieve que ha sobrevivido al menos a una fase de ablación (es decir, un verano) y que ha adquirido una estructura de grano grueso debido a la frecuente descongelación y recongelación. Por lo tanto, representa la fase intermedia entre la nieve y el hielo glaciar.
El abeto en el sentido de esquí también es nieve que ha cambiado a una estructura de grano grueso debido a la descongelación y recongelación frecuentes, pero en este caso bastan unos pocos días. En su estado congelado, puede entenderse mejor como una costra o cubierta, mientras que en su estado descongelado se denomina nieve de firn.
Este firn se forma, por ejemplo, tras una fase de tiempo estable de altas presiones, cuando hay una fuerte radiación de calor desde la superficie de la nieve por la noche, ya que no hay reflexión difusa de la energía térmica a través de las nubes. Si las temperaturas nocturnas son negativas y el cielo permanece despejado, la capa de nieve, al menos los centímetros superiores, se congela durante la noche. Si las temperaturas suben durante el día o la luz solar es muy intensa, la capa superior de nieve se descongela de nuevo, creando nieve blanda.
Esta alternancia constante de congelación y descongelación puede dar lugar a la formación de láminas o capas de hielo, la llamada capa de firn.