Detrás de la aventura
Cuando oyes hablar de una travesía de esquí de siete semanas por los Alpes, es posible que pienses en altas cumbres, nieve polvo virgen y descensos rápidos. Y claro, hubo mucho de eso. Sin embargo, lo que a menudo no se menciona es el esfuerzo necesario para realizar un viaje así: la filosofía, la planificación y las personas que lo hacen posible. No se trata sólo de la aventura, sino también de las lecciones aprendidas, los momentos de conexión y la mentalidad que sustenta cada decisión.
Este viaje no fue sólo una travesía de punto a punto, fue nuestra forma de vivir en las montañas durante dos meses. He aquí una mirada entre bastidores: a nuestra filosofía outdoor, a los valores que queríamos transmitir con nuestra historia, a la logística que hubo detrás, a nuestro verdadero momento culminante y a lo que sentimos al volver a nuestras vidas "normales" después.
Friluftsliv: la filosofía que da forma a nuestro viaje
Antes de viajar a Svalbard para completar un curso de guía de la naturaleza ártica, yo -como la mayoría (si no todos) los franceses que viven en los Alpes- nunca había oído hablar del concepto noruego de Friluftsliv. Conocí esta idea cuando exploré su filosofía y la experimenté por mí mismo en el duro y vasto paisaje del Ártico. Friluftsliv no consiste en perseguir cimas o acumular tantos kilómetros como sea posible. Se trata de ir más despacio, de adaptarse al ritmo de la naturaleza, por muy impetuosa o silenciosa que sea.
Arne Næss, pionera de esta forma de pensar, lo describió de maravilla: "Cuanto más pequeños nos sentimos en comparación con la montaña, más cerca estamos de su grandeza." Esta perspectiva me conmovió profundamente - especialmente como alguien que creció en un pueblo alpino orientado al rendimiento. Donde yo crecí, cada pueblo, por pequeño que fuera, parecía tener su propio campeón olímpico o atleta de élite, y las conversaciones giraban a menudo en torno a los metros escalados y las marcas personales. Esta cultura de la excelencia no sólo está relacionada con el deporte, sino también con el competitivo mundo académico, y conformó gran parte de mi identidad y mis valores. No fue hasta que me encontré con la idea de Friluftsliv que empecé a ver las montañas con otros ojos.
Descubrir Friluftsliv durante mis estudios y mis experiencias al aire libre en Svalbard fue un punto de inflexión para mí. Por primera vez, encontré palabras para describir la satisfacción que sentía en los pequeños y humildes momentos: levantar el campamento durante una tormenta, hervir agua para el té con los dedos congelados o simplemente sentarme en silencio a contemplar la inmensa belleza de mi entorno. Estos actos sencillos, alejados de cualquier idea de logro, me producían una profunda sensación de felicidad y plenitud. Friluftsliv pone de relieve la alegría de estar al aire libre, el equilibrio de la naturaleza y la libertad de desvincularse de la búsqueda constante del éxito cuantificable.