Últimamente las cosas se han puesto calentitas por aquí. La tendencia que comenzó según llegué ha continuado durante toda la semana. La nieve calcárea en las vertientes sur ha cedido a la tendencia de derretirse y helarse y se ha vuelto a prueba de balas. Por otro lado, las vertientes este y norte se calentaron con el sol, lo que permitió esquiar muy bien por las mañanas. Por la tarde, el calor se apoderó de la estación y las condiciones tendieron al aguanieve bajo el sol, pero en las vertientes sombreadas se esquiaba muy bien. Es perfecto para una estación en la que no falta terreno en casi ningún aspecto. Con telesillas que te llevan directamente a donde necesitas, la primavera aquí ofrece uno de los accesos más fáciles a nieve blanda y buen terreno que uno pueda encontrar. Si el sol ha hecho que las temperaturas sean demasiado cálidas en una zona, lo más probable es que las cosas estén bien en otra. Podría decirse que la fruta está al alcance de la mano, pero aunque el maíz fuera una fruta, por aquí no existe. Si no es filete, vino o fernet, no se considera comestible.
Parecía que el verano había llegado para quedarse en el valle. Las camisas sólo eran necesarias durante el après para protegerse de las quemaduras solares, y la nieve se derretía a un ritmo alarmante. Empezaba a preocuparme no tener la oportunidad de volver a congelarme los dedos de los pies aquí abajo. Por suerte, las plegarias han sido escuchadas. El viento aúlla, la visibilidad es baja, la nieve está cayendo, pero estamos un poco locos por el tiempo de inactividad y seguimos encontrando buena nieve. Es bueno tener el invierno de vuelta para el próximo par de días.