A mediados de mayo, los freeriders se dirigieron a Laponia, en el extremo norte, para disfrutar de los últimos días de nieve polvo de la temporada 2010 a 200 kilómetros por encima del Círculo Polar Ártico. Ese era el plan, pero en Riksgränsen sufrieron el mayor deshielo en muchos años. Pero ni siquiera eso les impidió escalar Nordalsfjäll, hacer heliski bajo el sol de medianoche y, por supuesto, explorar la zona fuera de pista de Riksgränsenfjället.
Durante el viaje de 130 km en autobús desde el aeropuerto de Kiruna hasta Riksgränsen, tuvimos tiempo de charlar con el conductor del autobús de Kiruna. Nos dijo que la temperatura era de unos +10 °C por encima de lo normal. En Kiruna sólo se veían manchas de nieve. No era un buen presagio para una semana de freeride en Riksgränsen...
Desde nuestro piso, tuvimos unas vistas impresionantes del enorme lago helado que teníamos debajo y de las montañas nevadas de los alrededores. Finalmente llegamos a Riksgränsen después de viajar más de 2.000 km.
Extremo deshielo y traicionera situación de aludes
Inmediatamente empezamos a recabar información sobre la situación actual del freeride. Se emitió un aviso de avalancha de nivel 2, pero Andreas, un guía de montaña que estaba presente, nos explicó que esto sólo era válido para la zona de esquí y que todas las zonas fuera de la zona de esquí debían ser evaluadas como aviso de avalancha de nivel 4-5 debido a la fuerte empapamiento de la capa de nieve. También nos dijo que en estos momentos se estaba produciendo un aumento inusual de las temperaturas en el plazo de dos días. Esta información puso fin abruptamente a nuestros sueños de nieve polvo primaveral en el extremo norte.
De hecho, la temperatura subió más de +15 °C en un día. Por la noche apenas refrescó, lo que provocó un deshielo excepcionalmente fuerte. Esto hizo que se formaran corrientes de agua de deshielo bajo la capa de nieve y que se formaran bolsas de agua en el terreno más llano, lo que supuso un alto riesgo de derrumbamiento. La inundación de la estación inferior del telesilla también dañó su sistema eléctrico, por lo que no pudo funcionar durante dos días. El coste de los forfaits para ambos días fue amablemente reembolsado en su totalidad.
Pero eso no fue suficiente. La carretera a Riksgränsen también se inundó poco después de nuestra llegada y la red telefónica e internet también estuvieron fuera de servicio durante un día entero.
Con estas primeras impresiones y unas cuantas cervezas suecas, comenzamos nuestra aventura en Riksgränsen.
Freeride en Riksgränsenfjället
El enorme deshielo y la cancelación del telesilla no nos impidieron esquiar. En su lugar, sacamos las pieles y caminamos por la pista hasta la parte superior del dominio esquiable. Mattias, un guía de montaña local, nos enseñó los alrededores mientras ascendíamos. La zona de esquí de travesía y heliski es fácilmente visible.
Tras aproximadamente 1,5 horas de ascenso, llegamos al punto más alto de Rikgränsenfjället (909 metros sobre el nivel del mar). Desde aquí parten todas las pistas de freeride a las que se puede llegar con los remontes. El terreno ofrece algo para cada freerider: amplias pendientes, empinadas escaleras y acantilados. Las pistas de Riksgränsen son moderadas en la sección superior, con varios escalones empinados que invitan a dejarse caer. En la sección inferior, el terreno se vuelve notablemente más empinado y los acantilados más altos. Las laderas de Börjnfell son constantemente empinadas en la parte superior e intercaladas con acantilados. Por desgracia, no había nieve suficiente para esquiar y explorarlas. Los descensos a Katterjakk son pistas llanas y abiertas.
Aquí puedes desahogarte durante varios días y sacar provecho de tu dinero. Después de varios descensos fuera de pista y una primera orientación, decidimos explorar el resto del backcountry y subimos a Nordalsfjäll.
Nordalsfjäll, la montaña del Campeonato Escandinavo de Gran Montaña
Un camino transitado por los participantes del Campeonato Escandinavo de Gran Montaña (SBMC) nos condujo unos 150 metros por terreno escarpado hasta el Nordalsfjäll (1.051 m sobre el nivel del mar). Una vez en la cima, hay una vista fantástica de las montañas circundantes. Desde aquí se ven las montañas glaciares de Noruega y Suecia. Si hay nieve suficiente, se puede esquiar hasta el fiordo noruego, que se divisa desde aquí.
El aumento extremo de la temperatura también tuvo un impacto masivo en los Campeonatos Escandinavos de Gran Montaña, que se celebraron aquí. A la capa de nieve del Nordalsfjäll, ya muy desestabilizada por el calor, le siguieron la niebla y la lluvia. Esto provocó la cancelación de la primera jornada de clasificación. Este año participaron unos 140 freeriders en las categorías de Alpino Masculino, Alpino Femenino, Telemark y Snowboard. Una de las clasificatorias se celebró en la ladera norte de Nordalsfjäll. Pudimos ver impresionantes descensos de los riders en un terreno muy escarpado con saltos de 10 metros. Como la situación meteorológica no mejoró, el concurso del día siguiente sólo se celebró para los telemarkers y snowboarders.
Debido a algunas 'bocas de pez' nos decidimos por líneas de descenso relativamente moderadas desde Nordalsfjäll. Una vez esquiamos el lado norte y otra vez el lado este. Estamos convencidos de que con buenas condiciones de nieve se pueden hacer aún más descensos desde Nordalsfjäll. Las pistas orientadas al norte en particular se pueden clasificar de extremas a fáciles. Los descensos con una pendiente de más de 40-45° son posibles aquí. Si se es tan intrépido como los participantes del SBMC a la hora de incorporar saltos desde acantilados a la línea, ¡la descarga de adrenalina está garantizada!
Con pieles, también se pueden escalar otras montañas de los alrededores, como el Vassitjokka. Sin embargo, el tiempo no permitió ninguna excursión al interior. ¡Escalar con tus propios medios te protege de la infame "panza de heli", pero un vuelo en heli tiene su propio encanto aquí en Laponia...
Cuidado!