Polvo en el bosque y barrancos escarpados, tapas y vino tinto, cumbres crujientes, excursiones y freeride en la zona del parque nacional. En Val d'Aran, muchas facetas del esquí de montaña y el freeride pueden celebrarse por todo lo alto.
Paraíso del esquí de montaña y el freeride.
Durante el trayecto de dos horas desde Toulouse a la Val d'Aran, la nieve escasea. Todo lo contrario nos espera en Vielha, la principal localidad de la Val d'Aran. Unos kilómetros más adentro, llegamos al pintoresco pueblo de Salardú. Aquí las calles son estrechas, sinuosas y, en ocasiones, conducen a una escalinata. El imponente campanario románico de la iglesia de Sant Andreu atrae nuestra mirada impresionada, mientras que una iluminación sutilmente mística hace que las masas de nieve sobre los tejados de las densamente apiñadas casas medievales de piedra aparezcan bajo una luz dorada. El director del hotel nos recibe alegre y educadamente casi a las tres de la mañana y nos da la bienvenida al "Valle de los Valles" (traducción alemana del nombre Val d'Aran). Decidimos la estación de esquí para el primer día. El dominio esquiable más grande de España se llama Baqueira-Beret y está dividido en tres secciones. Se caracteriza por sus numerosos remontes y sus amplias pistas, algunas abiertas y otras rodeadas de bosque. Los deportes de invierno se practican aquí desde los años sesenta. Nos acompaña Lionel, un guía de montaña local. Una de las ventajas de su región es su diversidad. Ésta se expresa en la combinación de muchos kilómetros de pistas de todos los niveles de dificultad con oportunidades de freeride casi ilimitadas. La mayoría de los aficionados a los deportes de invierno se quedan en las pistas o en los terrenos intermedios. Sin embargo, con un poco de creatividad y conocimiento del terreno, es posible cruzar y realizar descensos solitarios en valles remotos. Con el equipo de travesía adecuado, hay un montón de excursiones estupendas desde allí.
Cruzamos la estación de esquí y nos centramos inicialmente en explorar la zona. Sin embargo, algunas líneas nos llaman tanto la atención que nos centramos en la búsqueda de la mejor nieve y los mejores descensos. Al final del día, miramos hacia atrás y estamos de acuerdo con Lionel: Baqueira-Beret merece sin duda una visita. Lionel piensa que deberíamos ir con él a tomar un après-ski. A nosotros se nos pasa por la cabeza la misma idea y nos miramos, desmotivados. "¡No, gracias! Venimos de los Alpes y sabemos lo que es el après-ski. Pero Lionel no ceja en su empeño. El après-ski es diferente aquí que en los Alpes. Y educadamente, pero aún desmotivados, arrastramos los pies tras él. Entramos en un pequeño restaurante que ofrece una selección casi inabarcable de pinchos y tapas.
La mayoría de los lugareños se reúnen para charlar o simplemente disfrutar de un buen vaso de vino tinto. Los pocos turistas de esquí aprovechan este agradable ambiente para terminar tranquilamente su jornada de esquí. Un après-ski bien cuidado, pensamos, y saboreamos al máximo la abundante oferta. Durante el resto de nuestros días, el après-ski se convirtió en algo tan cotidiano como lavarse los dientes. El segundo día nos levantamos muy temprano y salimos de excursión. Las temperaturas son primaverales y esperamos encontrar buena nieve en las umbrías laderas del Tuc de Horno. El plan funciona. Encontramos un terreno generoso para realizar amplios giros en la cumbre de casi 2.400 metros de altura. Una segunda o incluso tercera ascensión nos daría la oportunidad de ampliar la excursión a más de 2.000 metros de altitud, pero nos conformamos con una sola ascensión, ya que una cumbre alpina con un prometedor barranco empinado ya nos tienta para el día siguiente. Y también: "Aprés Ski!" En este punto hay que mencionar que los amigos y lugareños del lugar nos proporcionan buena información. No muy diferentes de los Alpes en cuanto a sus características, pero a menudo extremadamente complejos, sobre todo en lo que se refiere a los accesos, los Pirineos Centrales resultan a menudo difíciles de recorrer para los visitantes. Las oscilaciones térmicas diurnas, inusualmente altas incluso en pleno invierno, y los consiguientes cambios en la capa de nieve deben tenerse en cuenta a la hora de planificar una excursión. El tercer día nos encontramos en el empinado barranco antes mencionado. Al final de éste, el terreno sigue siendo siempre desafiante y, con los esquís en la mochila, ascendemos por la roca hasta nuestro objetivo más alto de la semana, el Tuc de Estanhets, de 2.887 m de altitud. Con una vista panorámica de 360° desde la cumbre, nos llaman la atención varias opciones de travesías y combinaciones. Un verdadero Eldorado para los apasionados del esquí de montaña.
En un agradable contraste con los Alpes, estos viajes tan largos, comparables a las excursiones en nuestras latitudes, no terminan en cabañas bien reservadas, sino en un elegante hotel. Un sabroso filete en el restaurante por la noche, seguido de unas copas en el bar y nacen nuevos planes e ideas para los próximos días. Mientras bailamos toda la noche y el alcalde de Salardú nos sirve cócteles en persona, un fuerte frente del oeste trae más nieve. El resultado a la mañana siguiente son 75 cm de nieve fresca. Esto nos obliga a adoptar un comportamiento defensivo y evitar los terrenos escarpados. El inmenso potencial de la Val d'Aran nos permite emprender una excursión de esquí única incluso en estas difíciles condiciones. Aunque no podamos alcanzar la cumbre elegida, esquiamos por el casco antiguo medieval de Salardú hasta el hotel por calles empedradas cubiertas de nieve. El pasado invierno nevado proporcionó a la Val d'Aran una temporada invernal inusualmente larga. Un final como el que acabamos de vivir describe algo especial y es también para nosotros uno de los momentos culminantes del invierno.
Al día siguiente, los rotores zumban. Lejos de la zona de esquí y de las excursiones habituales, el proveedor local de heli-ski opera con un estilo profesional. Elegimos deliberadamente esta opción porque la nieve y las condiciones meteorológicas son ideales. También llegamos a regiones de difícil acceso y profundizamos en el mundo de la montaña de la Val d'Aran. Este día nos depara cinco largos descensos con un tentempié de pinchos españoles en medio de la nada. Merece especial mención la regulación del turismo local de heliski en coordinación con los límites del parque nacional. Esto garantiza que se preserve el espacio para la flora y la fauna, así como para las diversas actividades de deportes de invierno. Estuvimos encantados de recibir consejos y recomendaciones y pudimos así elegir entre una exquisita selección de días de excursión muy diferentes. La Val d'Aran es una buena elección especialmente para esquiadores de travesía y freeriders con deseos exóticos y como alternativa cómoda a una semana de esquí de travesía en los Alpes. Sobre los autores:
Matthias Knaus (nacido en 1978) y Michael Astenwald (nacido en 1977) son ambos licenciados en geografía con una afición especial por el esquí. Juntos realizan viajes principalmente lejos de las multitudes e intentan explorar las condiciones culturales, sociales y socioeconómicas, además de los aspectos puramente deportivos.
Información útil sobre el tema:
Servicio de alerta de aludes Val d'Aran
Ayuda organizativa de cualquier tipo: EVALIA
Proveedores de viajes: TIEMPO PARA SALIR
Aeropuerto más cercano: Toulouse Blagnac (TLS)
