A mediados de enero de 2012, "Kassensturz", la revista de televisión suiza para "consumo, dinero y trabajo" probó todos los transceptores de avalancha de tres antenas de gama básica y media actuales. La prueba a gran escala se llevó a cabo bajo el patrocinio de la SLF, y el destacado experto en transceptores para avalanchas Manuel Genswein también contribuyó a la prueba.
La prueba se llevó a cabo para averiguar hasta qué punto los buscadores inexpertos pueden localizar a varias víctimas enterradas con los actuales transceptores de aludes de tres antenas. Sorprendentemente, la función adicional de "marcado" de casi todos los dispositivos actuales de tres antenas, que puede utilizarse para ocultar las señales de las víctimas enterradas que ya han sido localizadas, demostró ser extremadamente propensa a errores. Se probó cuánto tiempo necesitaban los buscadores inexpertos, que habían recibido instrucciones detalladas sobre cómo buscar víctimas enterradas la noche anterior, para encontrar tres transmisores enterrados en un campo de pruebas. En esta prueba de campo, se examinaron las versiones "adelgazadas" de los mejores transceptores de avalanchas actuales:
Mammut Barryvox Element
Ortovox 3+
Pieps DSP Tour
Arva Axis
Tracker 2 de BCA
Los resultados de esta prueba son -con la excepción del Barryvox Element- una bofetada en la cara para algunos de los fabricantes de renombre y todavía provocan algunas discusiones acaloradas. Con casi todos los dispositivos, a excepción del Barryvox Element de Mammut, en muchos casos la persona que buscaba era incapaz de encontrar el tercer transmisor dentro del campo de búsqueda. Esto significa que una tercera víctima enterrada, a una distancia comparativamente cercana a otras víctimas enterradas, no podría haber sido encontrada.
Preparación de la prueba
Un cono de alud medio mide 50 metros de ancho y 70 metros de largo. Sin embargo, si varias personas quedan completamente sepultadas en un accidente de avalancha, éstas son estadísticamente mucho mayores: 80 metros de ancho y 100 metros de largo. Sin embargo, como la prueba pretendía determinar las funciones de los dispositivos y no la aptitud de los buscadores, los tres transmisores se enterraron en campos cuadrados de 40 a 50 metros de lado. La profundidad a la que se enterraron los transmisores fue de 1 metro. La distancia entre los transmisores era de 20 metros de media, y variaba entre 3 y un máximo de 40 metros dependiendo del caso.
Los sujetos de prueba eran estudiantes de secundaria de Davos que no habían recibido ninguna formación especial en la búsqueda de víctimas de aludes, aparte de una sesión informativa la noche anterior. La importancia de la búsqueda de múltiples víctimas enterradas
En alrededor del 18% de los accidentes por avalancha, varias personas quedan enterradas. Sin embargo, debido al hecho de que dos o más personas quedan sepultadas, hasta el 35% de las víctimas de avalanchas se ven afectadas. Por esta razón, es importante dominar tanto los conocimientos técnicos de búsqueda de múltiples víctimas sepultadas como la función de marcaje de los transceptores de aludes, que pueden utilizarse para enmascarar la señal de las víctimas sepultadas que ya han sido localizadas. Y su funcionamiento, a menudo inadecuado, es la manzana de la discordia:
Disputa sobre los resultados
Lo positivo en primer lugar: todos los buscadores fueron capaces de localizar el primer transmisor con todos los dispositivos en un máximo de 2 minutos. Dependiendo del dispositivo, el segundo transmisor se localizó en poco menos de 4 minutos hasta un máximo de 6 minutos y se tardó un máximo de 10 minutos en encontrar el tercer transmisor. Hasta aquí todo bien. Sin embargo, son problemáticos los casos demasiado frecuentes en los que los buscadores no pudieron localizar el transmisor de la tercera persona porque la función de marcado del transceptor de aludes que buscaba no era capaz de separar suficientemente las otras señales. El DSP Tour de Pieps funcionó especialmente mal: en 23 de 40 casos, no se pudo encontrar el tercer transmisor con este dispositivo. El Arva Axis obtuvo resultados ligeramente mejores (18 de 40 no se encontraron). El Tracker 2 no localizó el tercer transmisor en 11 de 36 casos y el Ortovox 3+ en 12 de 40 casos. El único aparato que no mostró grandes deficiencias en este sentido fue el Barryvox Element, en el que sólo en un caso no se pudo encontrar el tercer transmisor.
Varios fabricantes, en particular Pieps, cuyo aparato había obtenido resultados especialmente malos, criticaron con vehemencia el procedimiento de la prueba. Por ejemplo, se criticó que el campo de pruebas fuera demasiado pequeño y también se criticó el ajuste de las frecuencias de los transmisores. Por último, también se criticó duramente el hecho de que Manuel Genswein, que desempeñó un papel clave en el desarrollo de los dispositivos Mammut Barryvox, también participara en la realización de esta prueba.
Jürg Schweizer, el nuevo director del Instituto de Investigación de Nieve y Avalanchas de Davos, bajo cuya dirección se llevó a cabo la serie de pruebas, rechaza estas acusaciones por inexactas en BergundSteigen 1/2012 (p. 62 y ss.).
Fuente de esta información: BergundSteigen, número 1/2012, págs. 58-62.
Al reportaje de la revista de televisión Kassensturz
A la revista especializada en riesgos en deportes de montaña Bergundsteigen