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Películas

Crítica de cine | Troublehaus - Riding Rhythms

Estreno de una película musical en el Innsbruck Weekender Club

01/12/2016
Lea Hartl
A diferencia de las películas de MSP, TGR y otras comentadas aquí hasta ahora, la productora Troublehaus no está respaldada por una gran empresa de medios de comunicación, sino por el multitalento suizo Marco 'Tribi' Tribelhorn, que ha producido la película con unos cuantos compañeros en casa. Riding Rhythms carece de presupuesto y de riders profesionales famosos, pero está muy por delante en términos de simpatía y la acción (¡incluida la del editor de eventos de PowderGuide, Tobi!) es también bastante impresionante. Asistimos a la proyección de la película en Innsbruck.

Llegada al Weekender: los chicos de Projekt Pommes se sientan en la improvisada caja. Por tres euros de entrada te ponen un sello de un pingüino en la mano. La película tarda un poco en empezar, pero con una cerveza y la música en directo de Marco Tribelhorn -¿qué otra cosa puede hacer? - hay tiempo para charlar ("¡Hola, cuánto tiempo sin verte! ¿Qué tal el verano? ¿Qué haces en invierno?"). La mayoría del público se conoce, como es habitual en Innsbruck, y la mayoría conoce también a alguien que participa en la película. El ambiente es el de una relajada fiesta en casa con la familia de los freestylers de Innsbruck que a veces van de gira. Nos damos cuenta de que a) somos bastante mayores y b) ya no estamos a la última en cuanto a estilo.

Terminado el set de Tribi, comienza la película. Dividida en "ritmos" individuales, acompañamos a los protagonistas a lo largo de un invierno - empezando por los primeros copos de nieve mientras montan en bicicleta de montaña en la intro otoñal hasta la última sesión primaveral y una secuencia final en el lago de baño. Entre medias hay varios "ritmos" autónomos que muestran estilizadas jornadas de esquí de la polifacética tripulación. A veces se trata de esquí de travesía en el bosque nevado, otras de backcountry kickers (construcción y salto), otras de acantilados y difíciles líneas de minigolf o de una excursión a una cabaña con terreno de gran montaña. Todo ello acompañado de música escrita y grabada especialmente para la película por Electric Sun, un grupo suizo de rock psicodélico. El público del Weekender recompensa cada elegante truco y cada bella caída con aplausos y vítores.

En contraste con las películas cada vez más narrativas de muchas grandes producciones, Riding Rhythms se las arregla sin una historia artificial. Sin un trasfondo detallado y sin profundizar en la vida interior de los jinetes, la película describe la vida cotidiana de esquí de los protagonistas de una manera bastante directa y realista. Si no me falla la memoria, la película carece por completo de diálogos, aparte de un único "Servus" en una escena en la que cargamos los esquís en el coche a primera hora de la mañana. El hecho de centrarse casi exclusivamente en la acción es refrescante y sensato: las dotes interpretativas de los Pommes ya alcanzan sus límites con el "Servus". (Sin ánimo de ofender, colegas.) Los breves y taciturnos interludios atmosféricos son bastante coherentes, al igual que la división en el contenido individual y los capítulos musicales o "ritmos". La impresión general duradera es que el invierno es divertido, no sólo con los uber-pros en los lugares más espectaculares del mundo, sino también en las estaciones de esquí de Austria y Suiza con los chicos y chicas de tu propio círculo de amigos. Desgraciadamente, Electric Sun no se rodó en Innsbruck, pero aún así hay algunas proyecciones de la película en las que la música se toca en directo.

Conclusión:

Una película de éxito realizada por un equipo simpático con una acción impresionante pero no totalmente exagerada en lugares accesibles para todo el mundo. ¡Te hace desear el invierno! Más una película para la gran pantalla con un grupo grande (preferiblemente con una banda en vivo, por supuesto) que para una noche en casa solo.

Downer:

Para la próxima vez, nos gustaría ver un poco más de acción femenina, por ejemplo de Rosina Friedel y Ariana Tricomi, que no sólo son en general geniales, sino también más que predestinadas en este caso.

Nota

Este artículo ha sido traducido automáticamente con DeepL y posteriormente editado. Si, a pesar de ello, detectáis errores ortográficos o gramaticales, o si la traducción ha perdido sentido, no dudéis en enviar un correo electrónico a la redacción.

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