En los últimos años, siempre he esquiado esquís de más de 185cm. Por recomendación de Patrik Sannes de Norse, esta vez quise probar la versión de 180 cm. El esquí se ha probado en recorridos de 1.300 metros, esquí en nieve polvo en Engelberg y diversos terrenos mixtos con remonte. Mido 176 cm, peso unos 75 kg y me gustan los conceptos de esquí más variados, que suelen ser un poco más ajustados. Para esquiar en nieve polvo, no hay nada mejor que el Praxis Powderboard, siempre puedo confiar en mi Fischer Ranger 107ti y en los días de pista, confío en mi Völkl Deacon 84. Las botas que utilicé durante la prueba fueron el Dalbello Krypton Pro y el Dalbello Lupo 130C
Prueba práctica
Durante los primeros días, no conseguí dominar realmente los esquís. No fue hasta que mis compañeros de snowboard me dejaron parado en pistas cuando me di cuenta de que era la superficie lo que me frenaba. Tras consultar con Norse, enceré el esquí en caliente y lo cepillé bien. Según Patrik, la base aparentemente sí necesita cuidados y cera, como cualquier otro esquí. Desde entonces, el esquí ha esquiado mucho mejor. Las siguientes valoraciones se refieren al esquí encerado.
Rendimiento en pista
La primera vez que utilicé el esquí en pista, me trajo recuerdos del freeride. Póntelo y el esquí hace lo que se le dice. El piloto tiene el control en todo momento. Los movimientos se traducen directamente en cambios de dirección sin la sensación de no estar centrado sobre el esquí o de salir despedido.
El radio de 21 metros no convierte al esquí en el arma all-mountain más deportiva. Debido al pronunciado rocker de la punta y a la punta estrecha, es difícil conseguir presión en la punta. Como resultado, se tiene la sensación de que el esquí no se desplaza por todo el canto, sino por los 2/3 posteriores de la longitud del esquí. A pesar de ello, el esquí es fácil de dirigir en las curvas gracias a su flexión armoniosa. El agarre de los cantos es notablemente bueno, lo que explico por la construcción torsionalmente estable. Gracias a su cola presente, pero no demasiado larga o entrecortada, el esquí inspira confianza en todo momento - independientemente de las condiciones de la nieve.
Rendimiento en terreno fuera de pista
El esquí se siente como en casa en "verduras". Ya sea en terreno picado, en moguls, sobre polvo en la corteza o en una pista completamente surcada. Puedo confiar en el esquí en todo tipo de terreno y nieve. El inicio del giro se produce sin esfuerzo en terrenos escarpados y técnicamente difíciles, sin la sensación de perder el control del esquí. Al igual que en el freeride, el perfil rocker largo, los extremos más blandos del esquí y la línea de cotas relativamente corta influyen positivamente en la maniobrabilidad del esquí. Y cuando el esquí entra en la línea de caída y coge velocidad, absorbe los baches increíblemente bien, algo asombroso para un esquí de este peso. Otra cosa que me impresiona de este esquí: si te gusta arrancar en cantos fuera de pista, el esquí vuelve automáticamente a la posición correcta al aterrizar.