La historia de la sostenibilidad
Originalmente, sostenibilidad viene de "conservar" y significa "durar o permanecer durante mucho tiempo". El término fue utilizado por primera vez en 1713 por Hans Carl von Carlowitz en silvicultura. En aquella época, las actividades agrícolas y la creciente demanda industrial de madera habían provocado la sobreexplotación de los bosques en muchas regiones. Las existencias de madera empezaban a escasear, por lo que la silvicultura sostenible se entendía como una gestión destinada a maximizar el rendimiento maderero de los bosques, pero también a lograr un rendimiento maderero sostenible. En pocas palabras, no se debe talar más madera al año de la que vuelve a crecer. De este modo, se armonizaban la economía y la ecología.
Este principio se convirtió en el modelo para todas las consideraciones de sostenibilidad posteriores. El término adquirió reconocimiento internacional más de 100 años después, cuando se mencionó en el Informe Brundtland de la Comisión de Asuntos Económicos y de Desarrollo de las Naciones Unidas en 1987. Allí se definía la sostenibilidad como: "Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades."En otras palabras, significa que hoy podemos esquiar desinhibidamente en la nieve polvo y que nuestros hijos y nietos podrán seguir haciéndolo dentro de 30 o 50 años. Por lo tanto, la sostenibilidad representa la asunción activa de responsabilidad por todas las generaciones futuras y, al mismo tiempo, aborda cuestiones de justicia para las personas que viven hoy en día.
Otro hito en la historia del desarrollo sostenible fue la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992. Esta conferencia sigue considerándose hoy un acontecimiento clave, ya que la comunidad internacional de Estados se comprometió a aplicar el principio rector a escala internacional y nacional. El resultado fue la Agenda 21, a la que siguieron otras conferencias y otros acuerdos sobre medidas: Kioto, Río+20, París y Nueva York. En 2016 se adoptaron en Nueva York los tan preciados 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Así pues, el principio rector de la sostenibilidad existe desde hace más de 30 años y, sin embargo, muchos problemas siguen sin resolverse a día de hoy. Una de las razones puede ser la complejidad de la sostenibilidad. Al fin y al cabo, la sostenibilidad no consiste sólo en proteger el medio ambiente.
Los tres pilares de la sostenibilidad
Lo que mucha gente no sabe, y quizá sea la razón por la que el término sostenibilidad se utiliza tan excesivamente, es que la sostenibilidad se basa en realidad en tres pilares: ecología, economía y cuestiones sociales. En el modelo de los tres pilares de la sostenibilidad, se parte de la base de que el desarrollo sostenible sólo puede lograrse mediante la realización simultánea y, sobre todo, equitativa de los tres pilares. Los pilares individuales significan:
Ecología: Vivir de forma ecológicamente sostenible significaría utilizar los recursos naturales sólo en la medida en que puedan regenerarse.
Economía: Se trata de garantizar que una sociedad no viva por encima de sus posibilidades económicas y se mantenga líquida, por así decirlo, y asegure la prosperidad económica para las generaciones futuras.
Social: este pilar sitúa a las personas en el centro y exige un trato justo y menos conflictos sociales. Los países y las empresas que actúan de forma sostenible también deben actuar de forma orientada al bien común.
La mayor crítica a este modelo es que la sostenibilidad completa no existe en la realidad y que los pilares individuales pueden equilibrarse entre sí en el modelo original. Por ejemplo, si la economía va muy bien, el medio ambiente podría descuidarse. Aunque esto sería una "sostenibilidad débil" en teoría, estaría bien en el sentido original del modelo. Sin embargo, también hay otros desarrollos, como el modelo ponderado de tres pilares. Para subrayar la gran importancia de la ecología, ésta se presenta en el modelo como la base con los dos factores de los recursos y el clima. Sobre estos cimientos se colocan los pilares económico, social y cultural. Y estos no son los únicos avances.