Wonderland, Utopía, Oz, Valhalla
Wikipedia: "Un universo ficticio es una realidad ficticia que difiere de la realidad en mayor o menor medida. [...] donde se suspenden las leyes de la naturaleza". El polvoriento mundo de Internet es en parte una ficción de este tipo, según el snowstormer. Sobre todo cuando uno se desplaza por su feed de Facebook o Instagram. Cuanta más emoción transmitan las imágenes, más probabilidades hay de que se haga clic en ellas y, sobre todo, de que reciban likes, corazones o emoticonos asombrados y, por tanto, se difundan más. Se trata de emociones, asociadas positiva o negativamente: cuanto más bonita sea la nieve polvo, más likes y cuanto más grande sea la avalancha, más likes.
La realidad, que sólo en muy contadas ocasiones saca a la luz ambos casos, es decir, suele ofrecer una calidad de nieve media o mala con un peligro de avalancha "medio", recibe poca atención. Y con razón: a la mayoría de la gente ya no le interesa aquello a lo que está acostumbrada. Como ocurre con muchas relaciones de larga duración -y muchos de los discípulos de Ullr tenemos una con la nieve y el esquí-. Si siempre hubiera avalanchas enormes o condiciones de nieve polvo perfectas, probablemente se produciría el mismo efecto "Ohhhhhh" si se dieran condiciones seguras con nieve rota generalizada.
Al igual que con el efecto bola de nieve, el mayor número de likes para las cosas extraordinarias hace que sólo se publiquen los "acontecimientos más extraordinarios", porque todo el mundo quiere verlos. Sin embargo, casi nadie se da cuenta de que la realidad que suele haber ya es extraordinaria de por sí -si se mira con atención-. Cada situación, cada swing, cada recorrido es único, con condiciones especiales, y es interesante en sí mismo. Sin embargo, para ello hace falta saber leer, cierto interés por la naturaleza y un poco más de tiempo que para los contenidos puramente emocionales.