La ocasión es propicia para abordar nuestro acariciado plan de un viaje a Courmayeur y las previsiones meteorológicas también son prometedoras, así que ponemos rumbo al oeste. Ya podemos ver el Mont Blanc desde lejos y cuando vemos a los primeros esquiadores con el equipo alpino completo caminando por la carretera de Chamonix, nos morimos de ganas. Vemos brevemente las impresionantes formaciones glaciares, luego el túnel del Mont Blanc nos engulle y nos escupe con la misma rapidez en el lado sureste de su homónimo.
El pequeño y acogedor pueblo montañero de Courmayeur nos espera a la sombra de picos de 4000 metros, a los pies del poderoso macizo del Mont Blanc, en un paisaje totalmente salvaje. El pueblo se encuentra al final del Valle de Aosta, a unos 1.200 metros de altitud, y sirve de punto de partida para todo tipo de actividades, tanto para montañeros como para aventureros de pista. No se puede negar que también hay un toque de St. Moritz. El dominio esquiable de Courmayeur Mont Blanc Funivie se encuentra en el lado opuesto del valle y abre las pistas entre Val Veny y Mont Chetif, a altitudes comprendidas entre 1200 y 2755 metros. Desde Punta Helbronner (3462 m), a la que se accede por el telecabina Skyway, se pueden realizar descensos de más de 2000 metros de altitud!
A pesar de las previsiones, la nieve prometida no llega en las cantidades esperadas y además conocemos la zona con una visibilidad modesta. Sin embargo, no dejamos que esto nos estropee el ánimo y disfrutamos de la increíble oferta de esquí arbóreo. Entre los telesillas Plan de la Gabba y Bertolini, en el lado del dominio esquiable que da a Val Veny, hay numerosas variantes. Aquí podrás desahogarte e incluso después de medio día seguimos encontrando rincones vírgenes. Hay para todos los gustos, se alternan pasajes empinados y moderados, y podemos hacer nuestros primeros giros en nieve polvo directamente a izquierda y derecha del telesilla. Entre la estación superior del teleférico de Val Veny y el remonte de Peindeint, hay varios barrancos más empinados a través del bosque que descienden hasta Val Veny. El río Dora nos lleva de vuelta al teleférico. Sin embargo, estos treeruns sólo son realmente divertidos cuando hay una cantidad alarmante de nieve fresca.