De capas débiles y perfiles de nieve
Se sabe que los aludes de placas de nieve se producen debido a una capa ligada ("tabla") sobre una capa débil (por ejemplo, un neumático de superficie nevada) en el manto de nieve. Lo complicado para los aficionados a los deportes de invierno es que estas capas débiles no pueden reconocerse en la superficie. Esto se conoce como el problema de la nieve vieja. Aparte de tener en cuenta la información del informe de aludes, la excavación de un perfil de nieve era -hasta ahora- la única forma de hacerse una idea del manto nivoso. Sin embargo, excavar perfiles de nieve o realizar pruebas de estabilidad del manto nivoso no está precisamente exento de peligros. Especialmente en momentos de tensa situación de avalancha, permanecer en terreno escarpado puede ser arriesgado. Además, los perfiles de nieve sólo proporcionan información fiable en puntos concretos; por lo tanto, los perfiles de nieve no son lo suficientemente significativos para toda una ladera o incluso para una cámara de terreno debido a las mediciones selectivas.
Sin embargo, es esencial conocer la extensión de la(s) capa(s) débil(es) potencial(es) para evaluar el peligro de aludes de placas. Si éstas se extienden sobre una gran superficie, el riesgo de avalancha de losas aumenta. Si las capas débiles no son homogéneas, la formación de una losa es menos probable. Para obtener datos tan exhaustivos sobre la estructura del manto nivoso sin tener que ponerse en peligro, el proyecto de investigación FFG financiado por la Fundación STRATIFY.
La combinación de dron y radar lo hace posible
El dron puede controlarse desde un lugar seguro para que no sea necesaria la exposición humana en la zona de peligro. El dron está equipado con varios sensores para recoger datos: El altímetro (radar o LiDAR) garantiza que el dron pueda mantener una distancia predefinida aproximadamente constante a la superficie de la nieve. El "Skyhub" sirve de ordenador de a bordo. El georradar está montado en la parte inferior del dron.
En general, un georradar emite ondas electromagnéticas cortas. Estas ondas golpean diversos materiales del suelo, como piedras, arena o agua. Dependiendo de las propiedades del material, las ondas se reflejan en distintos grados. El GPR recibe las ondas reflejadas y mide el tiempo de propagación de la señal. Este tiempo puede utilizarse para calcular la profundidad a la que se encuentra el material respectivo en el suelo. Aplicado a la capa de nieve, "diferentes materiales" significa simplemente diferentes capas de nieve, que difieren en términos de su dureza, por ejemplo.