¿Nadie? Entonces ya es hora no sólo de soñar con ello, ¡sino también de convertir esos sueños en realidad! En primer lugar, no estoy hablando de esas creaciones de los profundos abismos del Schachtelwirt (...los de la M dorada) y compañía, sino de panecillos de hamburguesa de formas perfectas hechos a mano con amor y utilizando los mejores ingredientes.
La idea de subir a la montaña con este proveedor de energía se nos ocurrió porque, sencillamente, la noche anterior nos habíamos portado demasiado bien con la elaboración de las hamburguesas y, a pesar del mayor estiramiento de la circunferencia del estómago, fuimos incapaces de comernos todas las obras de arte. Esto me hizo aún más ilusión volver a morder una hamburguesa en la cima por la mañana, prácticamente después de terminar el trabajo. Cuando hace buen tiempo, es sencillamente maravilloso quedarse en la cumbre, dejar que la vista se deslice sobre los picos de las montañas y disfrutar de un buen tentempié. Aunque mi inclinación sea más clásica, los experimentos están permitidos. Sin duda, esta experiencia de hamburguesa en la cumbre mereció la pena y sin duda se repetirá.