¡Ahora toca amasar! Llevamos mucho tiempo haciéndolo y ahora es imprescindible hacerlo a mano, ya que es la única manera de que el pan quede en su punto y tenga un aspecto bonito.
Primero, amasamos toda la masa hasta que tenga una buena consistencia y ya no se nos pegue a los dedos (la harina de centeno puede tardar relativamente mucho tiempo y nunca quedará tan "despegada" como una masa pura de trigo con centeno). Si es necesario, añada un poco más de harina o agua.
A continuación, espolvoree la superficie de trabajo con harina y divida la masa en trozos si ha hecho masa para varias barras de pan.
Ahora necesita la técnica de amasado adecuada: doble un lado exterior de la masa hacia el centro, luego gire un poco la masa y vuelva a doblarla hacia dentro, gírela, dóblela hacia dentro,.....
Repita el proceso durante unos minutos hasta que tenga una bonita superficie lisa y estirada en la parte inferior. Se crea una hendidura donde la masa se dobló siempre hacia el centro. Esto es necesario para evitar que el pan se rompa por el sitio equivocado.
Coloca papel de hornear sobre una rejilla de alambre (no sobre una bandeja de horno) y coloca los panes sobre ella. Espolvorear generosamente con harina y dejar levar otros 10-15 minutos. Mientras tanto, precaliente el horno a 180°C de aire caliente e introduzca un recipiente con agua. Introduzca el pan en el horno y hornéelo durante una hora. Para comprobar si está bien cocido, golpea la parte inferior del pan: si suena hueco, está listo.
¡Buena suerte!