El marco legal:
Empecemos por los datos clave más importantes: según la legislación forestal austriaca, un bosque es una superficie cubierta de árboles forestales (vegetación forestal) de más de 1.000 m² y con una anchura media de al menos 10 m, independientemente de los límites de la propiedad. También se consideran bosques las zonas en las que se ha eliminado temporalmente la vegetación, es decir, las zonas que han quedado libres después de que se produjeran daños (derribo por el viento, escarabajo de la corteza) o como resultado de su utilización (tala). Las carreteras forestales y las zonas de almacenamiento de madera también cuentan legalmente como bosques.
Los bosques cumplen cuatro funciones principales importantes, que también están consagradas en la Ley Forestal, una ley federal: la función protectora, la función de utilidad, la función recreativa y la función de bienestar. Como estas funciones son importantes para todos nosotros, existen normas para protegerlas y, por tanto, para proteger el bosque en su conjunto.
Una de estas normas se refiere explícitamente al freeride. En el ámbito de las ayudas a la ascensión (por ejemplo, teleféricos), el esquí en el bosque sólo está permitido en pistas o rutas de esquí señalizadas. Esto se aplica en cualquier caso a un área de 500 metros a ambos lados de los remontes, pistas o descensos marcados. También hay interpretaciones que suponen una zona a la que se puede llegar en 30 minutos a pie. Quien infrinja esta normativa estará cometiendo una infracción administrativa. Las sanciones van desde 150 euros hasta 750 euros o penas de prisión de hasta una semana.