Salvo algunos copos de nieve hoy miércoles y un frente frío no demasiado espectacular el fin de semana, el sol y las temperaturas suaves están aquí para quedarse. Con motivo de la conferencia sobre el clima de París y dado que las perspectivas meteorológicas no son especialmente halagüeñas, hoy te recordamos algunos puntos básicos.
Tras el paso de la perturbación de hoy, el jueves y el viernes volverá a hacer sol y calor. El sábado, un frente débil traerá algunas precipitaciones en el norte, pero no serán muy fuertes. La dorsal principal y las zonas situadas al sur de la misma deberían permanecer mayoritariamente secas. Básicamente, la mezcla familiar de altas presiones y suave influencia del oeste es probable que continúe durante un tiempo todavía. Un cambio sostenido a temperaturas más frías sólo se indica en el llamado UGKB (rango ultra-globular, término meteorológico) y no es en absoluto fijo.
¿Qué es el efecto invernadero?
Si nuestra atmósfera no contuviera gases de efecto invernadero, tendríamos una temperatura media de -18°C en la Tierra. Se podría pensar que esto sería al menos mejor que el clima actual, pero no sería realmente soportable para la especie humana (esquiadores incluidos) a largo plazo. Afortunadamente, sin embargo, nuestra atmósfera contiene varios gases que mantienen la Tierra a una temperatura razonablemente agradable. La radiación solar puede penetrar en la atmósfera relativamente sin obstáculos en su camino hacia la superficie terrestre. Una vez que llega, calienta la superficie. Ésta, a su vez, emite radiación en una longitud de onda que es absorbida por los gases de efecto invernadero de la atmósfera y parcialmente reflejada. Esto hace que la temperatura sea mucho mayor de lo que sería de otro modo. Los principales gases de efecto invernadero son el vapor de agua, seguido del CO2, el metano y el ozono.
¿Qué es el ciclo del carbono?
La vida en la Tierra, incluidos nosotros, se basa en el carbono (no somos auvinistas del carbono, por supuesto). El carbono va y viene entre todas las esferas en un intercambio bastante lento. Por ejemplo, el CO2 de la atmósfera se disuelve en la lluvia, que cae al suelo. Como la lluvia es ligeramente ácida debido al CO2, disuelve ciertas sustancias del suelo, éstas son transportadas desde los ríos al mar y allí son transformadas por diversas criaturas en algo (corales, conchas calcáreas, etc.).
Cuando organismos vivos enteros (carbono orgánico) mueren y se hunden lentamente en el fondo, por ejemplo, encerrados en lodo
, la presión y el calor también provocan la formación de rocas. En ciertos casos, ese material (=carbono orgánico) se acumula más rápido de lo que se descompone. Entonces, en lugar de roca sedimentaria, se forma petróleo, carbón o gas natural. Tarde o temprano, el intercambio vuelve a producirse en la otra dirección, por ejemplo a través de erupciones volcánicas. Todo el proceso dura unos cientos de millones de años.
El intercambio de carbono dentro de la biosfera y entre la biosfera y la atmósfera es mucho más rápido. Las plantas extraen CO2 de la atmósfera y lo utilizan para la fotosíntesis. Cuando las plantas mueren, gran parte de él vuelve a la atmósfera. El CO2 que exhalamos procede de nuestra alimentación. Por tanto, forma parte del ciclo 'rápido' del carbono.
La situación es diferente cuando quemamos combustibles fósiles. Cuando lo hacemos, estamos interfiriendo en el ciclo 'lento'. El carbono que ha estado encerrado en la litosfera durante millones de años se convierte de repente en CO2 en la atmósfera en grandes cantidades. No obstante, una gran proporción de este CO2 extra es absorbida por las plantas y, sobre todo, por los océanos. Sin embargo, una proporción nada desdeñable también permanece en la atmósfera.
¿Cuál es el problema?
Más gases de efecto invernadero en la atmósfera significa que el efecto invernadero es cada vez más fuerte. Se calienta más. El CO2 adicional tiene otros efectos. Se favorece el crecimiento de las plantas, pero sólo mientras se disponga de los demás ingredientes necesarios (agua, nutrientes). La acidez de los océanos aumenta a medida que se absorbe más CO2. Esto repercute en los ecosistemas correspondientes y suele ser malo para los animales con caparazones calcáreos, por ejemplo.
Cuantas más vueltas de tuerca le des a un gran sistema, como el ciclo del carbono, mayor será el impacto en el sistema tarde o temprano. Las condiciones ambientales a las que nosotros y el resto de la biosfera nos hemos adaptado cambian y en algún momento se llega a un punto en el que ya no es posible adaptarse con la suficiente rapidez a las nuevas condiciones. Los sistemas empiezan a colapsarse. Puede tratarse de ecosistemas delicados, como el de la Gran Barrera de Coral, o de sistemas de la sociedad humana, que en algunas partes del mundo, por ejemplo, acaban por dejar de funcionar debido a la escasez de recursos.
A qué nivel de calentamiento se vuelve 'peligroso' es objeto de mucho debate y depende, entre otras cosas, de la definición de 'peligro'. La directriz de los 2ºC ya está bastante desfasada y probablemente tampoco sea realista como objetivo.
Por supuesto, se pueden imaginar varios escenarios de horror de lo que nos espera -menos días de polvo son generalmente menos problemáticos. Sin embargo, podemos (¿deberíamos?) esperar un poco de cambio social y quizás incluso sentido común, al menos según el MeteoBlog. Las inversiones en energías renovables aumentan, las nuevas tecnologías son cada vez más baratas y eficaces. Sin duda sigue siendo apasionante.
Recomendamos este detallado y bien explicado artículo de la NASA para leer más sobre el ciclo del carbono y sus posibles cambios.
