Hacer clic en los portales de noticias con el término de búsqueda "matrimonio glaciar" no da la sensación de haber aterrizado en páginas de noticias. Es más bien una novela de Rosamunde Pilcher. Hay una boda largamente planeada entre dos de las familias más influyentes del país. Pero, como en toda buena novela kitsch, también hay enemigos. ¿Otra aventura amorosa? Puede que también la haya. Y, por supuesto, ¿qué no puede faltar? Un enfrentamiento. La intriga. Y: el final feliz.
¿Por qué no combinar simplemente lo obvio?
Pero desde el principio: de niño, siempre me fascinó la vista desde Rettenbachferner hasta Pitztal. A sólo un descenso de distancia, pensaba mi yo de 12 años. Por aquel entonces ya se pensó en fusionar las dos zonas. Más rumores que planes concretos. Y, sin embargo, mucha gente pensaba como yo entonces. Si es sólo una bajada, ¿por qué no construir sólo un ascensor?
Pues sí. Como sabemos, el plan para el llamado matrimonio glaciar no es tan discreto: la zona alrededor del Linker Fernerkogel se hará accesible con tres telecabinas y un centro de teleférico compartido bajo el Braunschweiger Hütte. Habrá 64 hectáreas de pistas en Karles-, Hangenden- y Mittelbergferner, incluido un embalse e instalaciones para fabricar nieve. El 95% de la superficie de pistas se situaría en los glaciares. El matrimonio crearía el mayor dominio esquiable glaciar del mundo. Jakob Falkner, Director General de Bergbahnen Sölden, intenta explicar el proyecto de la siguiente manera: "Espero que podamos construir nuestro proyecto. Porque es una oferta maravillosa que buscan los clientes. Llevamos 15 años realizando estudios con nuestros clientes y siempre hay tres cosas que destacan: Tamaño de la estación de esquí, fiabilidad de la nieve y pistas.
Así que aquí las tenemos, las dos poderosas familias o estaciones de esquí que quieren casarse en el culebrón para convertirse en la superpotencia absoluta. Montado por las maquinaciones de los astutos jefes de familia alias remontistas.