Esquí en el Blindenhorn.
Por Henry Hoek
La vida es plenitud, no tiempo". Schnitzler.
En las acogedoras horas del suave crepúsculo vespertino, a la memoria le gusta colarse en la habitación sobre suelas recogidas. Susurra muchos hermosos viajes de invierno, muchas alegres excursiones de esquí en el esplendor de la alta montaña. Sólo entonces algunas observaciones y experiencias cobran realmente sentido; la emoción del momento se desvanece y la razón puede criticar con más frialdad.
Puedo recordar toda una serie de excursiones de esquí alpino. Sin duda, son las que más me han impresionado y con las que más he disfrutado. Pero si los miro desde un punto de vista deportivo, tengo que admitir que los que buscan el deporte del esquí encontrarán más placer en las cordilleras bajas y en las estribaciones de los Alpes. En la alta montaña, el esquí casi siempre ha sido para mí sólo un medio para alcanzar un fin. Y, casi sin excepción, probablemente sólo seguirá siendo una herramienta para que el turista de alta montaña pueda acceder a la belleza invernal de las montañas - como pieza de equipamiento deportivo, difícilmente podrá ser nunca el centro de interés.
Así fue en todos los viajes de esquí alpino, por muchos que recuerde. Ocurrió lo mismo en la excursión a los acantilados cubiertos de hielo de los Grands Mulets, un terreno que difícilmente podría ser más inadecuado para las raquetas de nieve, y ocurrió lo mismo en la travesía del Oberland bernés, la cacareada y alabada "Alta Ruta".
Sólo una excepción permanece en mi agradable memoria como la combinación más ideal de una magnífica caminata de alta montaña, combinada con el placer no adulterado de un esquí deportivo y hermoso en una zona especialmente creada para raquetas de nieve. Ese fue nuestro viaje de Airolo al Blindenhorn en los primeros días de abril de 1903, y me gustaría contarles aquí lo que experimenté y sentí. ¿"Experiencias y sentimientos"? ¿Resentimientos? Gracias". ¡Oh, sí, lo sé! Ha habido mucho ridículo, mucha burla sobre los sentimientos y emociones que se "construyen" en el escritorio. En parte con razón, en parte sin ella, me parece. No se puede meter todo en el mismo saco. Por desgracia, yo también conozco bastantes informes de viaje llenos de desbordamientos emocionales imposibles, porque falsos. Pero, ¿significa eso que todo lo que toca el ámbito de lo posterior -de lo imitado- es censurable? Ciertamente - aquello que, revestido de bellas palabras, sale al mundo, no tomó conciencia en el momento, no pudo tomar conciencia en medio del esfuerzo físico, en medio de impresiones apremiantes, imágenes asaltantes, nunca podrá tomar conciencia.
Pero si es realmente tan inadmisible conjurar la imagen del camarada más tarde, en la quietud de la noche, ante el escritorio, contemplarla, revivir los sentimientos hacia ella y luego analizarla - si esto es realmente un crimen estético, entonces todo lo que va más allá del seco estilo de cronista de Jenofonte es ilícito y censurable; pero entonces tu vagabundeo, tu escritura es en vano, es letra muerta, en el mejor de los casos un batiburrillo para la referencia.